Quieren dar clases gratis

Fachada de la escuela “La Milagrosa”, en Villa Consuelo. Allí sólo hay dos profesoras para 180 niños, que por sus escasos recursos pagan, a duras penas, 200 pesos mensuales. Debajo, la profesora Mariana Antonia Mata Pérez (Carmen)en el patio de su casa paterna y frente a la pizarra con la que inició su carrera hace 36 años. (El Nacional / Guillermo Burgos)


POR SHIRA ABREU

Cuando su padre murió en 1971 y su madre y hermanos tuvieron que dar clases en el patio de su casa en Villa Consuelo para poder sobrevivir, Mariana Antonia Mata Pérez (Carmen) nunca imaginó que se hiciera realidad el milagro de poder dirigir una escuela de verdad y dar clases a más de 180 niños.
La enseñanza se convirtió en su vida. Y educar, su misión. No obstante, el sueño de la profesora Carmen está inconcluso, pues idealiza que sus estudiantes no deban pagar los 50 pesos semanales por concepto de matrícula.
El nombre de la escuela pasó de "La Ratonera" a "La Milagrosa" cuando fue beneficiada el pasado año por la Fundación Brugal, que nombró a Carmen como la profesora del año y construyó el plantel que ocupan desde el 15 de marzo de 2006, en la calle Francisco Núñez Fabián 38, en Villa Consuelo.
La profesora Carmen entiende que para los padres de sus alumnos es un sacrificio casi sobrehumano pagar la cuota mensual que cobran para poder pagar tanto a ella como a la otra profesora, así como dar mantenimiento, comprar materiales gastables, pagar agua, luz, teléfono, entre otros.
Ella y Tamara Urbáez, vicepresidenta de la "Fundación Mariana Antonia Mata Pérez", propulsora de la escuela, explicaron que han hecho múltiples intentos, pero que no han logrado nada, para que la Secretaría de Educación nombre a las profesoras para así exonerar a todos los niños de los pagos.
De los 180 niños, entre preprimaria y cuarto de básica, unos 25 de estudian completamente gratis allí. Carmen dice que no pude dejar a los pequeños sin educación aunque sus padres no tengan dinero.
"La Milagrosa" está en el corazón de Villa Consuelo, donde la mayoría de los habitantes son muy pobres, dedicados en muchos casos al comercio informal. Allí trabaja Carmen, dando más que simples enseñanzas académicas, amor y comprensión a sus estudiantes.
Sigue haciendo lo que inició hace 36 años en el pequeño patio de su casa paterna. Antes cubría el patio con sábanas y cortinas para que no les diera el sol a los niños y cuando llovía debían entrar todos a la pequeña casa de madera.
Hoy está contenta con su escuela, aunque reconoce que los niños siguen incómodos y que muchos no pueden pagar la pequeña cuota semanal.
Espera que la Secretaría de Obras Públicas construya una segunda planta en el plantel, donde harían otras aulas y una terraza de recreación. Esperan además, poder hacer un salón multiusos para dar charlas a los jóvenes del barrio y así luchar contra la drogadicción, delincuencia y embarazos tempranos.
Fundación Mariana Antonia Mata Pérez
En 2002 Víctor Martínez, dominicano residente en Estados Unidos, visitó "La Ratonera" y se propuso ayudar a Carmen y a esos niños. Organizó colaboradores en el país y el exterior, e iniciaron la misión.
Martínez y sus colaboradores se dedicaron a buscar patrocinios y dar a conocer la obra de Carmen y las necesidades de la escuela. Hasta que la Fundación Brugal supo de "La Ratonera", y la galardonó con el premio "Brugal Cree en su Gente", premiándolos con la construcción del plantel, de un sólo salón, que ocupan.
Ya "La Ratonera" es "La Milagrosa", pero la misión de llevar educación gratuita a esos niños de escasos recursos está en las manos de que la Secretaría de Educación nombre a las profesoras.

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