Empleada pide ayuda tras quemarse casa
a señora Ivelisse Araujo Díaz mientras cuenta cómo perdió todo lo que tenía cuando se quemó la casa en que vivía. Ella y su hija Candy, de nueve años, quedaron a merced de la caridad de sus vecinos. (El Nacional/Guillermo Burgos)
Una empleada de Editora Hoy, a la que se le quemó hace 20 días la casa donde vivía, solicitó la ayuda del Estado o de cualquier persona solidaria, ya que no tiene recursos para reconstruir su hogar.
Ivelisse Altagracia Araujo Díaz explicó, en visita a El Nacional, que los bomberos le informaron que el fuego se produjo por un cortocircuito originado en una casa contigua a la suya.
“Si aparece alguien que quiera darme una mano, porque en verdad yo no tengo a nadie. Una vecina mía me prestó un cuartito con una camita”, dijo entre lágrimas la señora, que trabaja hace siete años como vendedora de periódicos.
Añadió que gracias a Dios los vecinos salvaron a su hija, Candy, de nueve años que estaba viendo televisión en la casa número nueve de la calle Don Bosco, de los Guandules.
Detalló que ella había ido a la casa a media mañana a cocinar y limpiar y que alrededor de la 1:30 de la tarde, cuando esperaba que le entregaran el periódico EL Nacional, su hija mayor le avisó que su casa se había quemado.
“Cuando yo llegué ya no había nada”. El fruto de siete años de trabajo como vendedora de periódicos se consumió con el fuego.
Quienes quieran colaborar con dinero o alguna donación le pueden llamar al celular 829-329-1579.
Entre los bienes que perdió Araujo Díaz están una nevera, una lavadora que hacia dos meses que le había sacado (todavía la debe), la cama, la suya, toda la ropa, y un televisor, que tampoco acaba de pagar.
Después del fuego madre e hija duermen en una habitación que les prestó una vecina y visten lo poco que sus vecinos les pudieron dar.
Una empleada de Editora Hoy, a la que se le quemó hace 20 días la casa donde vivía, solicitó la ayuda del Estado o de cualquier persona solidaria, ya que no tiene recursos para reconstruir su hogar.
Ivelisse Altagracia Araujo Díaz explicó, en visita a El Nacional, que los bomberos le informaron que el fuego se produjo por un cortocircuito originado en una casa contigua a la suya.
“Si aparece alguien que quiera darme una mano, porque en verdad yo no tengo a nadie. Una vecina mía me prestó un cuartito con una camita”, dijo entre lágrimas la señora, que trabaja hace siete años como vendedora de periódicos.
Añadió que gracias a Dios los vecinos salvaron a su hija, Candy, de nueve años que estaba viendo televisión en la casa número nueve de la calle Don Bosco, de los Guandules.
Detalló que ella había ido a la casa a media mañana a cocinar y limpiar y que alrededor de la 1:30 de la tarde, cuando esperaba que le entregaran el periódico EL Nacional, su hija mayor le avisó que su casa se había quemado.
“Cuando yo llegué ya no había nada”. El fruto de siete años de trabajo como vendedora de periódicos se consumió con el fuego.
Quienes quieran colaborar con dinero o alguna donación le pueden llamar al celular 829-329-1579.
Entre los bienes que perdió Araujo Díaz están una nevera, una lavadora que hacia dos meses que le había sacado (todavía la debe), la cama, la suya, toda la ropa, y un televisor, que tampoco acaba de pagar.
Después del fuego madre e hija duermen en una habitación que les prestó una vecina y visten lo poco que sus vecinos les pudieron dar.
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