Ballenas en la Capital!!
Ballenas jorobadas llaman atención personas en Malecón
POR SHIRA ABREU
"Ya no hay que ir a Samaná para verlas", dijo emocionado uno de los cientos de curiosos que se concentraron ayer en el Malecón de Santo Domingo, frente al edificio empresarial de E. León Jiménes, para ver a dos ballenas jorobadas.
Desde aproximadamente las 9:00 de la mañana los cetáceos iniciaron su espectáculo, sacando la cola, mostrando sus costados, arrojando chorros de agua, y en escasas ocasiones, saltando para conmocionar a los cientos espectadores que detenían sus vehículos en la autopista 30 de Mayo.
Al mediodía el tránsito por esa vía en dirección oeste-este se tornó lento por las decenas de carros que aparcaron en el carril derecho, mientras que la vía este-oeste estaba más congestionada.
A las 2:00 de la tarde había taponamientos en ambas vías porque muchos conductores se detenían en el centro de la avenida a curiosear.
Los ejemplares estaban lejos de la costa, por lo que era difícil verlas en detalle.
Desde media mañana hasta las 11:40 montaron el espectáculo frente al edificio de E. León y se movilizaron haciendo paradas, y a las 12:00 del mediodía se colocaron frente al Anfiteatro Agua y Luz, del Centro de los Héroes.
La irregular visita al mar Caribe es la segunda reportada por la prensa este año. La primera fue el domingo 25 del mes pasado cuando dos de ellas, se presume que madre y su ballenato, aparecieron también en la mañana en la costa, próximo al Acuario Nacional, en la provincia de Santo Domingo.
Lo normal es que las ballenas jorobadas visiten el país en la costa norte, en Samaná, a donde vienen cada año a aparearse procedentes de Labrador, New Foundland; Groenlandia, Islandia y del Golfo Maine, desarrollando un recorrido de unos 64 mil 751 kilómetros.
Documentos indican que esos mamíferos no se alimentan ni en ese trayecto ni en su estadía en aguas dominicanas, lo hacen a su regreso.
Ayer, el cielo estaba nublado y una débil llovizna bañaba las cámaras fotográficas y celulares de quienes trataban de captar cada movimiento de esos extraños actores.
Un vendedor ambulante de helados, Carlos Arias, decidió no vender sus dulces fríos ayer para ver las ballenas, que por sus escasos recursos quizá no pueda visitar en Samaná.
A la costa norte llega a demás otras ballenas, como la orca, piloto, el cachalote pigmeo, la ballena picuda de Antilla, la de Cuvier, de Sei, de Bryde y Minke, aunque ninguna de ellas resultan tan notorias como la ballena de 15 metros de largo y 45 toneladas, que en realidad no tiene joroba alguna.
"Se le conoce como jorobada por la visión que representa al arquear el lomo cuando asoma a la superficie del agua y emprende una inmersión profunda", explica la página web www.dominicana.com.do
El portal detalla que aunque la mayor parte de su vida mantienen en poblaciones separadas coinciden en bancos de la Plata y Navidad, convirtiendo estos lugares en áreas críticas para su supervivencia.
Además de la aparente joroba, entre las características más notorias de las ballenas jorobadas, el documento cita sus largas aletas pectorales, las que pueden llegar a medir hasta cinco metros. Poseen, además, unas protuberancias sobre y debajo de la cabeza creciéndoles un pelo en cada una de ellas.
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