Una viejita que me llego al corazón


Sufrimientos de una pensionada

Buscando algo para contarles hoy, decordé una anciana que visitó la redacción del periódico El Nacional para solicitar el pago de una sesantía que le adeudaba el Instituto de Auxilios y Viviendas, Inavi. Como la vi tan preocucada creí que se trataba de mucho dinero. Y me sorprendí para mal, sólo eran dos mil 400 pesos que le debían desde hacía casi un año. Da lastima que una persona, después de muchos años de servico, sea al sector público o al privado, deba penar por "cheles" en sus últimos años de vida. Unicamente espero que le hayan pagado.


Ana Digna

Durante 23 años Ana Digna Serrano se levantó antes que el sol, salía en las tinieblas del amanecer a su trabajo como “oficinista dos” en el Seguro Social, pero el dolor en sus huesos, el desgaste de sus 70 años, y los problemas que le causó con su jefe los constantes permisos para ir al médico, la motivaron a pedir su jubilación.
Desde el primero de enero del año pasado Ana Digna, encogida por el paso del tiempo, pasó al olvidado mundo de los jubilados. Aunque tiene artritis y otros quebrantos de salud, dice que hubiese preferido seguir trabajando para no disminuir su única entrada de dinero, que era de seis mil 47 pesos, la cual cambió a menos de cuatro mil pesos con la jubilación..
La anciana mujer visitó esta redacción solicitando ayuda para poder cobrar dos mil 400 pesos que el que el Instituto de Auxilios y Viviendas (Inavi) debían pagarle por concepto de cesantía, porque fue jubilada por tiempo de servicio, como en la misma institución estatal explicaron.
Las lágrimas atravesaron su rostro por la vergüenza de necesitar ese dinero, por lo insignificante que resulta para muchas personas pero que para ella representa un alivio porque lo se su pensión lo gasta en medicamentos.
Ana Digna se quejó de que llamaba todas las semanas para cobrar el dinero que acumuló y siempre le decsan que todvía no estaba listo el cheque y que llamara luego.
Primero le descontaban cinco pesos mensuales del sueldo y desde principios de los noventas 25. La respuesta de una de las empleadas de la gerencia financiera confirmó la versión, porque al mencionarle el nombre de la señora inmediatamente supo del caso y dijo ”esa señora ha llamado mucho”. La empleada dijo que el caso de Ana Digna sólo necesitaba de la firma de los jefes.
Cuando se le preguntó que más o menos para cuando estaría el “chequecito”, dijo que eso puede tardar dos, tres, cuatro meses y hasta un año, que ella no sabía cuando y que dependía de la firma.
Mientras tanto Ana digna expresó su esperanza de que le paguen pronto.
Ella relató que desde que fue pensionada tuvo que mudarse con su hijo porque el dinero no le alcanzaba, dijo que ahora él le paga una casita y que su nuera le ayuda con los oficios por los constantes dolores reumáticos que enfrenta.
Ana Digna reside en Valiente Adento, próximo al peaje de Las Américas y visitó esta redacción para pedir justicia. Señaló que gasta mucho en llamadas y en pasajes para ir a Inavi.
Como Ana Digna may muchas personas envegecientes que penan para comer.

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