Creen se ahorcó hombre vivió en árbol y cueva

Se presume que el cadáver de un hombre que encontraron ahorcado, colgando de un árbol de almendra, en la playa Güibia, es el de Pedro de la Cruz Peguero. Era conocido como "Tarzán Dominicano", porque vivió sobre un árbol y luego, tras ser desalojado, se fue a una cueva en el Malecón. (El Nacional/Ismael Reyes)

POR SHIRA ABREU

El cadáver de un hombre que se presume es el "Tarzán Dominicano", que vivía en un árbol y luego en una cueva, fue encontrado hoy colgado en una mata de almendra en Güibia.
Todas las evidencias indican que el cadáver es el de Pedro de la Cruz Peguero, de 33 años, pero al mediodía nadie había ido a identificarlo al Instituto de Patología Forense.
Sin embargo, personas que conocían a De la Cruz aseguran que era él, el cadáver encontrado esta mañana.
Si la versión es la correcta, pone punto final a la historia de un hombre que vivió en la miseria y quien de un árbol se mudó a una cueva. Padeció la última de las penurias de un ser humano.
La Policía indica que no ha podido determinar la identidad.
El cuerpo fue levantado por la médico legista Praxedes Apolinar y enviado a Patología.
Al lugar asistieron oficiales de la Policía para tratar de establecer la identidad.
Pedro tenía por compañero a un perro que llamaba Rambo. Sus últimas residencias fueron un árbol y una húmeda cueva, en el Malecón, próximo al edificio empresarial E. León Jiménes.
Comía lo que encontraba y trabajaba como vendedor de cocos o como recogedor de botellas.
Quería trabajar. Pedía trabajo en cada oportunidad que conversar con la prensa.
Soñaba con vivir tranquilo en una casita, en la que las paredes no fueran de arrecifes, su baño no fuera una alcantarilla y su cama fuera diferente que un montón de cartones forrados con una sábana.
Pedro contaba que su familia verdadera era de San Cristóbal, pero que se crió con Isidro Santana, en Bayaguana.
El domingo 11, este medio publicó que Pedro vivía arriba de un árbol, en una casucha que construyó. Las paredes eran de tela y el techo de plástico. Bajo el almendro un fogón en el que cocinaba para él, su perro, y otros hombres, a quienes no consideraba ni amigos ni compañeros.
Días después la casa ya no estaba allí, Pedro denunció a El Nacional que la Policía se la había destruido y había echado sus cosas al mar.
Por el desalojo, se mudó a una cueva cercana.
Pedro decía que hacía unos cinco años vivía en otra cueva en Güibia, de la que fue expulsado por la Policía.
Hoy, según los datos no confirmados, murió ahorcado.

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