Sale ileso de Irak y se lesiona aquí
POR SHIRA ABREU
A uno de los soldados dominicanos que apoyaron a Estados Unidos en la guerra de Irak en 2004, sólo le quedaron los traumas y malos recuerdos de la guerra. Sumado a que pocos meses después de su regreso a República Dominicana sufrió un accidente que le dejó inválido.
Cada noche el sargento Wilkin Cuello, de 26 años, vive en sueños el martirio que padeció cinco meses en combate. Todavía escucha los estallidos de las bombas y ve personas mutiladas.
Y cuando despierta continúa la pesadilla al ser incapaz de mover sus piernas o realizar normalmente sus necesidades básicas.
Wilkin sueña con volver a caminar. Pero su sueldo de sargento, de poco más de cinco mil pesos, sumado al sueldo de su esposa, Bartolina Medina, de tres mil, no le alcanzan para cubrir los gastos de la casa, de sus cuatro hijos, sumado a las terapias que necesita.
Wilkin muestra la lesion que sufrió en la columna vertebral en un accidente luego de que regresó al pais.
Cada noche el sargento Wilkin Cuello, de 26 años, vive en sueños el martirio que padeció cinco meses en combate. Todavía escucha los estallidos de las bombas y ve personas mutiladas.
Y cuando despierta continúa la pesadilla al ser incapaz de mover sus piernas o realizar normalmente sus necesidades básicas.
Wilkin sueña con volver a caminar. Pero su sueldo de sargento, de poco más de cinco mil pesos, sumado al sueldo de su esposa, Bartolina Medina, de tres mil, no le alcanzan para cubrir los gastos de la casa, de sus cuatro hijos, sumado a las terapias que necesita.
Wilkin muestra la lesion que sufrió en la columna vertebral en un accidente luego de que regresó al pais.
Dijo que quiere que le practiquen estudios que determinen su verdadera condición física. Sólo quiere saber si tiene alguna esperanza de volver a caminar. Si la tiene no dudará en mover cielo y tierra, siempre y cuando pueda disfrutar de su vida anterior al accidente.
Contó que se cayó de la azotea de su casa cuando trataba de instalar una antena de televisión, sufrió una descarga eléctrica y al piso, fracturándose la columna.
Wilkin explicó que no ha podido darse las terapias tres veces por semana que le recomendaron hace dos años y medio porque sólo de taxi debería pagar aproximadamente mil 200 pesos. También le recomendaron una dieta especial y proteínas que tampoco puede comprar.
Expresó que si alguien le quiere ayudar puede depositar su contribución a la cuenta 725-289672 del Banco Popular, o llamarlo al teléfono 809-231-6070.
Por tener que permanecer acostado, Wilkis ha sufrido laceraciones, algunas de ellas graves.
El veterano de guerra pidió también ayuda psicológica para mitigar los traumas.
No obstante Wilkin luchar junto con sus 602 compañeros dominicanos en Irak, fue el único al que no ascendieron.
Cree que el no reconocerle su labor marcó el principio de su desgracia.
El 30 de enero de 2004 Wilkin partió en la “Fuerza de Tarea Quisqueya II”. Los primeros dos meses estuvo en un puesto militar en una ciudad al sur de la capital iraquí, Bagdad. Y luego pasó junto a su escuadrón a tomar control de un hospital en la misma localidad.
Regresó esperando un ascenso que nunca llegó. Acusa al coronel que estaba al mando de la misión de frustrar su carrera, impidiendo que le ascendieran. Tampoco obtuvo alguno de los reconocimientos que les dieron a los demás. Dijo que tuvo un inconveniente con un compañero allá, pero que no cree que fuera justo que no lo promovieran por ello.
Wilkin vive con su esposa, sus cuatro hijos y una hija de crianza en la calle respaldo Sagrario Díaz número 56, del ensanche Isabelita.
Si único apoyo es su esposa, porque su padre murió en un accidente de tránsito el 28 de agosto de 2005.
En su búsqueda de ayuda, envió una carta al administrador del blog remolacha.net, Remo del Orbe, quien solicitó a El Nacional conocer la historia de Wilkin.
Su caso también será difundido el próximo lunes en el programa “El Informe”, que produce la periodista Alicia Ortega.
El veterano de guerra confesó que a veces ha sentido ganas de desaparecer y olvidar los traumas físicos y psicológicos.
Contó que se cayó de la azotea de su casa cuando trataba de instalar una antena de televisión, sufrió una descarga eléctrica y al piso, fracturándose la columna.
Wilkin explicó que no ha podido darse las terapias tres veces por semana que le recomendaron hace dos años y medio porque sólo de taxi debería pagar aproximadamente mil 200 pesos. También le recomendaron una dieta especial y proteínas que tampoco puede comprar.
Expresó que si alguien le quiere ayudar puede depositar su contribución a la cuenta 725-289672 del Banco Popular, o llamarlo al teléfono 809-231-6070.
Por tener que permanecer acostado, Wilkis ha sufrido laceraciones, algunas de ellas graves.
El veterano de guerra pidió también ayuda psicológica para mitigar los traumas.
No obstante Wilkin luchar junto con sus 602 compañeros dominicanos en Irak, fue el único al que no ascendieron.
Cree que el no reconocerle su labor marcó el principio de su desgracia.
El 30 de enero de 2004 Wilkin partió en la “Fuerza de Tarea Quisqueya II”. Los primeros dos meses estuvo en un puesto militar en una ciudad al sur de la capital iraquí, Bagdad. Y luego pasó junto a su escuadrón a tomar control de un hospital en la misma localidad.
Regresó esperando un ascenso que nunca llegó. Acusa al coronel que estaba al mando de la misión de frustrar su carrera, impidiendo que le ascendieran. Tampoco obtuvo alguno de los reconocimientos que les dieron a los demás. Dijo que tuvo un inconveniente con un compañero allá, pero que no cree que fuera justo que no lo promovieran por ello.
Wilkin vive con su esposa, sus cuatro hijos y una hija de crianza en la calle respaldo Sagrario Díaz número 56, del ensanche Isabelita.
Si único apoyo es su esposa, porque su padre murió en un accidente de tránsito el 28 de agosto de 2005.
En su búsqueda de ayuda, envió una carta al administrador del blog remolacha.net, Remo del Orbe, quien solicitó a El Nacional conocer la historia de Wilkin.
Su caso también será difundido el próximo lunes en el programa “El Informe”, que produce la periodista Alicia Ortega.
El veterano de guerra confesó que a veces ha sentido ganas de desaparecer y olvidar los traumas físicos y psicológicos.
Comentarios
no otante el no sufrio en la guerra su leccion, pero el amigo siempre esta hay para cuando tu lo nesecite.
Yo comensare una canpaña para poder traelo aqui y poder ayurdarlo.
Manny Solano.
Boston MA USA
Espero que puedas logras algo. Gracias