Vive un siglo de transformaciones en RD

Juan Alcántara (Negro), de 106 años, mientras cuenta historias de su juventud y de su vida en la era de Trujillo, la que para él era mejor que ahora. (El Nacional/Guillermo Burgos)
POR SHIRA ABREU
Entre las ricas rarezas que se encuentran en República Dominicana está un hombre que ha vivido en 106 años las principales transformaciones sociales, políticas y culturales vividas por esta media isla.
Y todavía cuenta con nostalgia y cierta claridad muchas historias de su juventud, algunas de ellas matizadas por los cambios drásticos del mundo.
Julio Alcántara (Negro) nació en San Cristóbal en 1901, a pesar de que su cédula dice que fue en 1904, porque su padre le hizo una declaración de nacimiento tardía.
Narra que desde el principio del régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo fue colaborador en la casa presidencial construida por el "Jefe" en Najayo. Recuerda que fungió de mandadero del tirano y su esposa.
Dice que Trujillo era muy bueno con él, que le ayudaba y trataba casi como a un hijo y con una amplia sonrisa dice creer que tuvo muchas mujeres por su condición de "protegido" de Trujillo.
Durante los 31 años de gobierno de Trujillo, Negro vivió en su natal San Cristóbal. Y cuando fue muerto el tirano el 30 de mayo de 1961, se mudó a Santo Domingo, donde se quedó.
Recuerda que escuchó la balacera que acabó con la vida de Trujillo y se erigió en presagio de la caída de un régimen que él tanto amó.
Pocas personas alcanzan la edad de Negro, y mucho menos conservan sus buenas condiciones físicas. Según cifras del VIII Censo Nacional de Población y Vivienda, levantado en octubre del 2002, sólo aproximadamente uno de cada 300 dominicanos alcanzan los 90 años. El estimado de la edad mediana (la más común) para el 2005 era de 22.85 años. No obstante, según las mismas estimaciones la edad mediana irá aumentando.
La esperanza de vida de los dominicanos es de 65 años y de las mujeres 72, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud publicados en mayo último.
Es decir que Negro sobrepasa con 40 años la esperanza de vida de cualquier otro dominicano.
Cuando nació, las peleas de gallos eran el principal pasatiempo de los dominicanos, el arroz, las habichuelas y la carne no constituían "la bandera" y no había iniciado la pasión por los juegos de pelota.
Llegó al mundo cuando pocos soñaban que se podía ir a la luna y se podía andar por las calles sin riesgo de ser asaltado. Las drogas y el narcotráfico no ocupaban entonces las primeras planas de los diarios.
Pero el paso de los años no impide que el centenario caballero sea casi autosuficiente. Agradece a Dios por su relativa buena salud y se enorgullece de estar "muy duro". Cada día se levanta, tiende su cama, se da un baño y se viste. Hasta hace pocos días incluso tomaba transporte público para visitar a una hija.
Tuvo siete hijos con distintas mujeres y de ellos le sobreviven cinco. Vive junto a una de sus hijas, Martina, de 67 años, quien dijo que batalla con él porque no le gusta que lo ayude ni a bañarse.
En su más de un siglo de vida, Negro ha visto muchas cosas. Pasó de vivir a orillas de la playa de Najayo, en San Cristóbal, al populoso barrio Erniquillo, en el kilómetro ocho de la carretera Sánchez, en la calle Antonio Alvarez 35-C. Fue agricultor, obrero de construcción y le encantaba pescar. Hoy su entretenimiento es ver televisión y contemplar el paso de personas frente a su casa.
Y aunque su entorno se ha modernizado, prefiere el país de aquellos días de su juventud, entre otras cosas porque había más comida. Confiesa que ahora la comida escasea, principalmente en su casa.
Casi todo lo que él conoció en su juventud ya no existe. Ha visto 45 cambios de gobierno, dos ocupaciones militares, juntas gubernativas militares, cívico-militares y un triunvirato.
Es el único sobreviviente de una cantidad de hermanos que él ignora, aunque sí sabe que uno de ellos murió a los 108 años.
Negro tiene muchas ganas de vivir. Y como desde hace unos 20 años es cristiano, sabe que Dios es el que decide cuantos años más sumará a su existencia sobre la tierra.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Oyeme, que bendicion!!,, y Que envidia, ojala Dios me de la misma cantidad de anhos, y le multiplique a Don Negro sus anhos.
Cristian Abreu ha dicho que…
El valor de la vida es inmensa y amarte a tí mismo debe ser lo primordiar. Don Negro parece ser una persona que se quiere a sí mismo y el cuidado que se ha auto-brindado lo ha llevado a tener una extensa estadía en el mundo. Que Dios lo bendiga.

Cristian Abreu
Eu ha dicho que…
Que linda es Shira :)
Anónimo ha dicho que…
Que falta hace el JEFE!

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