Aparcadores son nueva modalidad de buscones
POR SHIRA ABREU“Pana, se lo estaba cuidando”, es una frase común de los parqueadores, o mejor dicho “buscones”, que se dedican a “cuidar” vehículos.
Están por todos lados. En la salida de las discotecas, plazas comerciales, supermercados, salones de belleza, es muy común encontrarse con un adolescente o adulto que dice que se la pasó cuidando el vehículo cada minuto que estuvo estacionado.
Esos buscones incluso tienen tarifas de entre 20 y 30 pesos. Y si se paga menos o se decide no pagar es muy probable que rallen el carro, de acuerdo a algunas denuncias.
Hay parqueadores que a la llegada de su cliente le avisan que se lo vigilará y hasta le ayuda a parquear.
Otro tipo de “parqueador” es el de los guachimanes, que han encontrado en esa modalidad un incentivo a su bajo sueldo.
Guachimanes de distintos establecimientos suman el servicio de colocar cartones sobre los cristales delanteros de los vehículos para mantenerlos frescos.
Pero los días buenos y muy buenos son cuando hay conciertos multitudinarios. Esos días incluso entregan un comprobante de pago y hay que pagar a la llegada. Claro está que llueven las denuncias de los usuarios de que en ningún momento les cuidaron el vehículo.
El usuario llega a las calles periféricas al espectáculo, lo recibe una persona que a veces le ayuda a estacionar e inmediatamente le entrega un “papelito” y el usuario a regañadientes paga, porque conoce el peligro de dejar en las comunes calles oscuras su vehículo que con sacrificio compró o que todavía está pagando.
Pero finalizado el concierto, a altas horas de la noche, el confiado cliente, que ya pagó para que cuidasen su automóvil mientras permaneciera la actividad, encuentra a su vehículo solo. El amable parqueador que le recibió ya no está.
Muchas personas han denunciado en reiteradas ocasiones que esos buscones rallan o golpean el vehículo cuando no les pagan la tarifa exigida.
Parquímetros
“Parquímetros mejoran tránsito centro Santiago” y “Parquímetros cumplen objetivo de controlar estacionamientos”, son titulares tomados de los periódicos Diario Libre y Listín Diario, sobre el funcionamiento de los parquímetros instalados en las principales calles del centro de la ciudad cibaeña.
Esos aparatos, muy comunes en países desarrollados, se colocan a orillas de la calle y el usuario le deposita la tarifa correspondiente al tiempo de estacionamiento. La tarifa en Santiago es de 15 pesos por una hora, y cinco por veinte minutos. Incluso se le puede depositar un peso por cuatro minutos.
¿Qué diría un “parqueador” si le pagan un peso?
Están por todos lados. En la salida de las discotecas, plazas comerciales, supermercados, salones de belleza, es muy común encontrarse con un adolescente o adulto que dice que se la pasó cuidando el vehículo cada minuto que estuvo estacionado.
Esos buscones incluso tienen tarifas de entre 20 y 30 pesos. Y si se paga menos o se decide no pagar es muy probable que rallen el carro, de acuerdo a algunas denuncias.
Hay parqueadores que a la llegada de su cliente le avisan que se lo vigilará y hasta le ayuda a parquear.
Otro tipo de “parqueador” es el de los guachimanes, que han encontrado en esa modalidad un incentivo a su bajo sueldo.
Guachimanes de distintos establecimientos suman el servicio de colocar cartones sobre los cristales delanteros de los vehículos para mantenerlos frescos.
Pero los días buenos y muy buenos son cuando hay conciertos multitudinarios. Esos días incluso entregan un comprobante de pago y hay que pagar a la llegada. Claro está que llueven las denuncias de los usuarios de que en ningún momento les cuidaron el vehículo.
El usuario llega a las calles periféricas al espectáculo, lo recibe una persona que a veces le ayuda a estacionar e inmediatamente le entrega un “papelito” y el usuario a regañadientes paga, porque conoce el peligro de dejar en las comunes calles oscuras su vehículo que con sacrificio compró o que todavía está pagando.
Pero finalizado el concierto, a altas horas de la noche, el confiado cliente, que ya pagó para que cuidasen su automóvil mientras permaneciera la actividad, encuentra a su vehículo solo. El amable parqueador que le recibió ya no está.
Muchas personas han denunciado en reiteradas ocasiones que esos buscones rallan o golpean el vehículo cuando no les pagan la tarifa exigida.
Parquímetros
“Parquímetros mejoran tránsito centro Santiago” y “Parquímetros cumplen objetivo de controlar estacionamientos”, son titulares tomados de los periódicos Diario Libre y Listín Diario, sobre el funcionamiento de los parquímetros instalados en las principales calles del centro de la ciudad cibaeña.
Esos aparatos, muy comunes en países desarrollados, se colocan a orillas de la calle y el usuario le deposita la tarifa correspondiente al tiempo de estacionamiento. La tarifa en Santiago es de 15 pesos por una hora, y cinco por veinte minutos. Incluso se le puede depositar un peso por cuatro minutos.
¿Qué diría un “parqueador” si le pagan un peso?
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