Querida directora:
Hace pocas semanas fui a una reunión del colegio en el que
estudia mi hija de seis años y me sigue retumbando en la cabeza una frase que nos
dijo a los padres reiteradamente la directora: “Ustedes pasan 20 horas con sus
hijos, y nosotros sólo cuatro”.
Por más que quiero no puedo dejar de pensar en ello pues al
parecer esta educadora no tiene ni idea de qué hacemos la mayoría de los padres
durante el día y que si sacamos cálculos los maestros pasan más tiempo con
nuestros hijos que muchos padres (entre los que lamentablemente nos incluimos
mi marido yo).
Quitando las cuatro horas de la escuela, y tomando en cuenta
que un niño de esa edad debe dormir de nueve a 12 horas (pero vamos a poner
sólo 10 horas nocturnas), partimos de que al niño le queda 10 horas para estar con sus padres y que a entender de la maestra nosotros debemos dedicarlas enteramente a educar y reforzar las clases
que les dan en la escuela a nuestros hijos.
Pero parece que a ella se le olvidó el detalle de que los
niños que estudian en ese centro son de clase media baja o pobres, es decir que
para mantener un hogar por lo general deben trabajar fuera de la casa los dos
progenitores.
¿Entonces qué hacen los padres en las 14 horas en las que el niño no duerme o va a clases? Vamos a partir de los padres pasan
entre 10 y 12 horas fuera del hogar cada día porque es necesario calcular los
trayectos hacia y después del trabajo. Es decir que van quedando entre dos y
cuatro horas para compartir con sus hijos.
Ahora bien, podemos decir en este punto que estamos parejos
de tiempo con las cuatro horas que pasan los niños como mínimo en la escuela,
pero en ese tiempo que le queda a los padres también hay que preparar la cena
familiar, cuidar de la casa y animales si hay, alistar uniformes, comidas y
meriendas del día siguiente, bañar o hacer que su hijo se bañe y cepille los
dientes (tareas que pueden resultar campales); hay que jugar un poco con ellos también,
ah y se me olvidaba, ayudar a hacer una tarea mínimo de cada asignatura.
Lamento mucho diferir de usted, querida directora, pero los
padres no tenemos esas 20 horas cada día para ellos lamentablemente, pues yo
quisiera compartir con mis hijas cada día por lo menos esas cuatro horas que
pasan los maestros con ellos.
En países como Francia iniciaron movimientos en los que los
padres exigen que a las escuelas que no asignen deberes a los estudiantes
para hacer en el hogar. No aspiro a una medida tan radical, porque trabajamos
todos para un mismo fin que es la superación de nuestros hijos, pero los
educadores tienen que entender que no en todas las familias las madres se
quedan en casa y que no podemos “competir” en igualdad de condiciones los que
sí tienen tiempo y los que no.
Comentarios
Por otra parte, analizando lo que dices, me parece que nos haces reflexionar acerca del compromiso que tenemos como padres de intentar que esas horas sean compartidas al máximo con ellos.
Y sobre lo que te comentaba la directora, creo que no debemos hacerles las tareas a nuestros niños, pero es importante que le mostremos interés por lo que están aprendiendo en la escuela. Conversar unos minutos acerca de ello, ayuda a que enfoquen su interés en el asunto y se sientan acompañados.
Los maestros sólo cumplen con la educación intelectual y el resto es totalmente dependencia de nosotros los padres.
Nuestra sociedad nos ha empujado a sentir que necesitamos "ayuda" en el crecimiento de nuestros hijos y en realidad así lo es, pero considero que los maestros también son padres, madres, personas con quehaceres y peor aún deben lidear con un número mucho mayor de niños que cualquiera de nosotros que no lo somos.
Debemos siempre ver las 2 caras de la moneda para así meditar y sacar conclusiones que nos favorezcan a ambas partes.
Un abrazo Shira!
Pero en este mundo los padres que trabajamos hasta 12 horas diarias por necesidad, sufrimos no poder dedicarle más tiempo a nuestros hijos y lamentablemente muchas veces, aunque queramos, no tenemos una hora para sentarnos con ellos a estudiar.
En mi caso daría lo que fuera por poder acompañar a mi hija en todas sus tareas cada uno de los días.
Otro abrazo!