!Cómo el fuerte aplasta al débil!
Impotencia. Es la palabra que mejor describe lo que siento desde hace más de dos meses con relación a la empresa Claro.
Esta multinacional de las comunicaciones, que en el país opera líneas móviles, fijas (con el nombre de Codetel, que fuera orgullo del pueblo dominicano) y de internet, permitió que alguien sacara un teléfono móvil a mi nombre. Y que la mora que se generó afectara por mucho tiempo mi historial crediticio.
La cuenta entró en mora por varios meses y la empresa publicó la deuda en el buró de crédito, como es lo normal.
Pero el problema es que todo esto sucede sin que la supuesta titular, es decir yo, se enterara de nada. Me di cuenta de la alegada deuda cuando solicité mi historial crediticio. Tremenda sorpresa, debía miles de pesos de un celular de Claro.
Mi impotencia inicia desde el mismo momento en que decidí reportar la anomalía en Claro vía telefónica. Me prometieron que iban a hacer una investigación y me pidieron que llamara en unos 20 días. Pasado