18 meses de lactancia... y contando
Mi amada bebé Emma y yo arribamos a los 18 meses de lactancia. No puedo decir que ha sido fácil, porque tuve problemas de grietas en principio pero se solucionó en pocos días al corregir la posición, pero tampoco por llegar a este punto sin tener que recurrir a fórmula aunque trabaje 10 horas diarias me considero una heroína o nada por el estilo.
La lactancia podría ser lo más sencillo y natural del mundo, pues para ella solo son necesarias un bebé y una madre cargada de amor y determinación. Cuando se complica es al tratar de adaptarla a la vida que los padres llevamos, en la que queda poco espacio para quienes más nos importan.
Este escalón, que tampoco es una meta final, ha sido posible gracias a una bebé sabia que instintivamente persigue su fuente de alimento adaptado a su edad, refugio, seguridad, consuelo.
La organización de apoyo a la lactancia ProlactarRD también ha jugado un papel importante ya que da la fuerza para seguir, el apoyo para combatir un mundo que lamentablemente todavía ve el acto de dar de mamar como algo morboso, una sociedad que no confía en que las mujeres tienen la capacidad de alimentar a sus hijos como lo hacían cuando el bebé estaba dentro del útero, y donde muchos, y por desdicha entre ellos están profesionales de la salud, frustran innumerables lactancias porque siguen aferrados a mitos desoyendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de que los niños deben recibir dos años de leche materna como mínimo, o los múltiples estudios que cada día suman más razones para dar el pecho sin fecha límite.
Gracias a este grupo también pude materializar el deseo que tuve desde que lactaba a mi primera hija (que lo hice por más de tres años), de donar de mi leche para dar vida a niños en riesgo. Aunque cuando comencé a colaborar con ProlactarRD (con el apoyo a otras madres y en asuntos de comunicación) ya había logrado la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y había donado a particulares, esta experiencia de unirnos para compartir el alimento de nuestros hijos con prematuros de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia es una de las acciones más gratificantes que jamás hice y espero seguir haciendo hasta que de mis pechos salga leche.
Esta comunidad ha venido a formar parte de mi vida porque también lucha por los derechos de las mujeres y sus hijos con la exigencia de que en las empresas instalen salas de lactancia para poder lograr la necesaria lactancia materna exclusiva y sus innumerables llamados a que el Estado apoye con carácter la lactancia en el país.
No sé hasta cuándo amamantaré a Emma, pero como le digo a todos los que me preguntan: hasta que ella así lo quiera.
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